Súbito candor

Pergeñado por Monsieur Hoffmann | Posteado in | a las 6:54

En el pulpito se estremeció y su gemido fue tenuemente acallado,
el llanto y la congoja tensaron su estómago.
No más de dieciséis, no más de cincuenta.
¿Cómo el fuego puede arder sin voluntad?
Así como lo efímero suele hacerse eterno,
Los límites entre la verdad y la mentira suelen difuminarse,
Aún más cuando ya nada tiene importancia.
La soledad es algo que todos llevamos,
algunos, por momentos, la usamos.
El tiempo nos persigue hasta los lugares más recónditos,
rara vez comete algún error y evitamos el desgaste de su paso.
La culpa y la agonía del alma no responden a planteos racionales,
se las ingenian para hundirnos en un remordimiento incesante,
mientras la mirada ajena quema la piel desde adentro
cuando todo comienza a perder su brillo,
cuando nada se distingue por la acuosa óptica,
se puede ver el hábito a trasluz, la puerta cerrarse,
y en el interior, un núcleo de resentimiento que crece y crece.

Damián Duarte.-

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